• Publicado por: Oscar Rojas Curbelo
• • Economía y Negocios
• 10 / 25 / 2014

---

Eliminar la doble moneda es uno de los retos que enfrenta la Cuba de hoy. Si durante la primera mitad de los años 90, cuando el país quedó sumergido en una profunda depresión económica como consecuencia de la caída del campo socialista, la circulación de dos monedas funcionó como una medida útil para reanimar la economía, en la actualidad se muestra como una traba.

La dualidad monetaria es la coexistencia de dos monedas en una misma economía. Es decir, que sean utilizadas como medio de pago, medida de valor (expresión de los precios de los bienes y servicios que se comercializan, las deudas y los registros de los valores económicos) y como medio de atesoramiento (depósitos en los bancos y efectivo).

Generalmente, la aparición de la dualidad monetaria está asociada a situaciones especiales de una economía que ve severamente afectado su sistema productivo. En el caso de Cuba se origina a principios de la década de 1990 cuando pierde su principal socio comercial y comienza un programa de inserción en el contexto económico internacional. No es un proceso exclusivamente cubano, se ha dado el caso en otras economías de la región, incluso en China.

A pesar de la gravísima escasez de divisas y de su imperiosa necesidad, el 13 de agosto de 1993 se despenalizó la tenencia de divisas para las personas naturales y se autorizaron cuentas bancarias en dólares estadounidenses, una de las medidas más polémicas del programa de transformación de la economía cubana en sus más de 50 años. El peso cubano no podía satisfacer la demanda de bienes y servicios del pueblo, así que la circulación del dólar era imprescindible. Otras medidas como la apertura al cuentapropismo y a la inversión extranjera incitaban a atraer capital extranjero.

Este fenómeno de dolarización parcial de la economía provocó, con carácter provisional, un régimen monetario dual. Fue una decisión que no podía dilatarse ni desde el punto de vista financiero, ni desde el punto de vista político. Cuba logró la reorientación deseada y generó transformaciones internas importantes. Amenazas externas provocaron la sustitución del dólar por el Peso Convertible Cubano (CUC) que persiste hasta nuestros días.

Sin inestabilidad y sin dolarización no hay justificación para mantener dos monedas. La dualidad monetaria nubla la contabilidad y la política económica tanto a nivel nacional como empresarial, distorsiona la medición financiera y la toma de decisiones, esconde subsidios e impuestos que están incorrectamente asignados, impide relaciones entre las empresas. Descontrol financiero, ineficiencia, subdesarrollo de las fuerzas productivas son otras consecuencias de la doble moneda que pone en juego la credibilidad internacional de la economía cubana.

El cese de la dualidad monetaria es un proceso lento que provoca un programa de acciones que certifiquen su efectividad. Los economistas cubanos tienen la misión de diseñar e implementar una estrategia que garantice una sustitución real de importaciones: fortalecer la producción de bienes y servicios, proteger la industria nacional y potenciar el mercado interno.

La corrupción y el fraude no desaparecerían junto con la doble moneda ya que el poder adquisitivo de los salarios no cambia y este está asociado a la organización, la eficiencia y productividad del trabajo y no a la política monetaria.La recuperación del salario requiere de reformas estructurales en la economía cubana.

Ya son más de 20 años que este fenómeno económico vive en Cuba y mientras más pasa el tiempo más daño hace en nuestra economía. ¿Se acerca su fin? ¿Todavía el país no está en condiciones? La decisión está tomada estratégicamente en los Lineamientos Económicos, lo que no sabemos cuán estratégico es.