Para la recuperación de la fauna se crearon fuentes de alimentos.

Pudiera parecer que la península de Guanahacabibes se ha recuperado totalmente de los daños al ecosistema provocados por el huracán Iván en el 2004, pero si nos adentramos en los parajes recónditos del occidente pinareño, escenas de flora seca
todavía se captan en el lente de la cámara.

Y estas constituyen apenas algunas de las huellas que se perciben todavía hoy en sus paisajes, basta mencionar la fuga de chapapote que aún se encuentra cerca del poblado de La Bajada, o algún que otro fragmento de concreto colocado por la naturaleza en lugares caprichosos.

Pero si bien es cierto, que el restablecimiento no ha sido completo, hoy la península cuenta con gran parte de su estado natural, y ello gracias en buena medida, a la ayuda de los trabajadores del Parque Nacional radicado allí.

Aunque el área del Parque no ocupa todo el territorio, los vinculados a dicha institución medioambiental velan por igual los recursos naturales del lugar.

Todavía hay huellas de Iván en la flora de la península

Para el licenciado Lázaro Márquez Llauger, director del mismo, "las afectaciones del Iván fueron intensas dentro del ecosistema costero, realmente pensamos que el daño era irreversible".

Gracias a la estrategia de manejo, el desarrollo ha sido acelerado, vinculado fundamentalmente a los planes de reforestación, de tratamiento silvicultural y la creación de fuentes de alimentos para aquellas poblaciones animales carentes de ellos.

Mas, desde ya se encuentran todos los organismos relacionados con el desenvolvimiento de este entorno natural, para la preparación ante la temporada ciclónica que recién comienza.

"Nuestra institución, como todas las de la península, tiene planes ante el impacto de eventos climatológicos, se ha trabajado desde cada uno de los centros, pero también de forma muy coordinada entre todos los que de algún modo están vinculados con el territorio: los que participan en los procesos de planificación, los que trabajan en función de la conservación y las entidades productivas, entre otras", explica Márquez.

La producción de carbón es una actividad económica muy importante

"Eso permite que haya una estructura de coordinación que se llama la Junta de administración de la Reserva de la Biosfera, donde todas las acciones se sistematizan para dar una mayor respuesta ante tales situaciones", agrega.

Comentaba igualmente a Guerrillero, la existencia de planes de contingencia "donde influyen todos los esfuerzos. Se hizo ahora el ejercicio preparatorio y nos encontramos alertas para todo lo que pueda venir, especialmente con la experiencia de años anteriores que nos han permitido prepararnos mucho mejor".

Según el Plan de Manejo 2009-2013, elaborado por el Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales Ecovida, el Parque Nacional Guanahacabibes, zona núcleo de la Reserva de la Biosfera Península de Guanahacabibes, se ubica en la porción más
occidental del municipio Sandino, ocupando un área de 39 830 ha.

Cuenta con espacio marino y uno terrestre, este último dividido en tres territorios Cabo Corrientes, El Veral y Cabo de San Antonio, donde se encuentran 704 especies de flora, con 15 endémicas, así como más de 300 de animales, entre aves, mamíferos, reptiles, anfibios, por sólo mencionar algunos. Un pedazo inmaculado del entorno natural, que es imprescindible conservar.