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El grupo espirituano de aficionados al teatro Hojarasca, uno de los mejores de la provincia con categoría nacional.

Los duendes de la imaginación. Hojarasca es el único grupo de la Brigada José Martí que está haciendo teatro.

Desde el apelativo que los nombra vienen intentando darle un vuelco al significado de las cosas para descubrir en ellas el trasunto escondido de la verdad; no habría menos que remitirse a la acepción hojarasca, que los distingue, y el diccionario consigna como algo inútil y de poca monta en las palabras y las promesas; pero ellos saldan ese desliz con el auxilio de la poesía: debajo de la hojarasca revolotean los duendes de la imaginación.

La imaginación es una palabra clave en el grupo teatral que se formó el primero de marzo de 2007 con instructores de Sancti Spíritus y Taguasco, egresados de diferentes promociones en la Escuela de Instructores de Arte de la provincia y dirigidos por Ángel Luis Fardales Naranjo.

Pertenecen a la Casa de la Cultura del municipio cabecera, donde han improvisado una sala para presentaciones y ensayos, repleta del atrezzo construido con sus habilidades para trabajar el papier maché, acierto notable en materia de escenografía y hechura de títeres; todo fruto de la creatividad colectiva.

Dos actrices en escena, cada una con un pequeño retablillo con forma de ciudad. Diríase que no tienen mucho que envidiarle a los grupos profesionales: destreza en el manejo de la utilería teatral, inflexiones de voces para asimilar más de un personaje, manejo de los títeres histrionismo fácil de constatar.

Hojarasca logró, pese a su corto tiempo de existencia sobre las tablas, la categoría nacional que confiere el Consejo de Casas de Cultura a los aficionados de excelencia, lo cual les permite subir a cualquier escenario del país, y es además el único grupo de la Brigada José Martí que está haciendo teatro y garantiza las actividades de las instituciones.

Sin embargo, reclaman que los programen en giras por otras provincias y se diluciden las trabas burocráticas para poder invertir en vestuario y elementos escenográficos, que hasta la fecha salen de sus bolsillos.

En un arranque de altruismo y entrega al teatro, cada uno de los integrantes del proyecto desestima los recursos materiales para crear, al aludir que todo se puede resolver por esfuerzo propio; mas esa no es la tónica del Movimiento de Artistas
Aficionados, que los utiliza (como está previsto), y a cambio, debería prestarles una atención más esmerada.

Por Manuel Echevarría Gómez —

Fuente: Escambray

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