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• 10 / 29 / 2008

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Diariamente, el Consejo de Defensa Provincial para casos de desastres examina la eficacia de las medidas higiénico-sanitarias adoptadas para prevenir brotes de leptospirosis, rabia, enfermedades gastrointestinales, dengue y demás afecciones favorecidas por el alza en la acumulación de residuales sólidos, la escasez y el deterioro de la calidad del agua potable, y otras secuelas de los fuertes vientos y las inundaciones.

Reconocido como el más violento de los ciclones registrados en Las Tunas, “Ike” arrasó o dañó parcialmente numerosas edificaciones en los ocho municipios de este territorio, unos 690 kilómetros al este de La Habana, sobre todo viviendas; destrozó miles de árboles y otras plantaciones, y produjo más desechos sólidos que los acarreados hasta ahora en todo un año de higienización y saneamiento.

El meteoro también causó severas afectaciones a hospitales, policlínicos, clínicas estomatológicas, hogares para la atención a embarazadas y ancianos, farmacias, bancos de sangre y algunas instituciones más, daños calculados en cerca de un millón 373 mil pesos cubanos (Moneda Nacional) y 775 mil 711 pesos convertibles.

Pese a perjuicios tan serios, y a las nefastas consecuencias del genocida bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, la voluntad política del gobierno de la Isla y la cultura alcanzada por el pueblo cubano desde el triunfo de la Revolución, permiten a Las Tunas mantener hoy una estable situación higiénico-epidemiológica, como resultado de la cual muestra una  mortalidad infantil inferior a tres fallecidos por cada mil nacidos vivos, tasa que no logra la superpotencia bloqueadora.

(Tiempo21.cu)