"¿Cuándo vas a escuchar a mis muchachos?, me dijo más de una vez. No hablaba precisamente de sus hijos Aldo e Ilmar López Gavilán, en quienes se reconoce a dos de los más aventajados talentos de la escena musical cubana, sino de sus alumnos, vástagos de su infatigable dedicación a la docencia.