En la última reflexión, firmada el pasado martes 26 de agosto en horas de la tarde, cuando el huracán Gustav surgió inesperadamente, coincidiendo con la llegada de nuestra delegación olímpica, y amenazaba a nuestro territorio, escribí: "¡Suerte que tenemos una Revolución! Está garantizado que nadie permanecerá en el olvido.