• Publicado por: lena campos
• • Arte y Cultura
• 06 / 17 / 2013

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El arte cubano vuela más allá de cualquier determinación política. ¿Cómo pasó esto? ¿Cómo se ha logrado? Tras el cierre de galerías en la década de los 80, los artistas se comprometieron con sus proyectos y, entre la diáspora o la vida cotidiana dentro de la isla, impusieron el derecho a crearlo y a ser expuesto sin permitir los estragos que en los años anteriores se cometieron en medios como el teatro o las escuelas de arte. Cerrar filas, enseñar a sus censores lo que ocurría en el resto del mundo o salir de Cuba sin abandonarla del todo fueron tres puntos esenciales.

Siempre he pensado que los artistas visuales cubanos compulsaron una actitud ideoestética medular que hoy nos distingue, aquella en que la política debe ser parte de una actitud y no una obsesión que acompañe el concepto o destrone cualquier tipo de estigma en su paradiscurso. El arte cubano narra, no aburre y encanta por su alta factura. El arte cubano tiene mucho que decir y posee las herramientas creativas para hacerlo en grandes escenarios.

Todo este devenir puede verse hoy en unas de las mejores ferias de América Latina: MACO, Arte contemporáneo 2013. Este espacio se abre siempre en el mes de abril y revoluciona la ciudad de México con la presencia de galeristas, curadores, artistas y coleccionistas.


En mi 'promenade' por el recinto pude deleitarme con la agudeza del maestro Flavio Garciandía, quien nuevamente propone un encuentro ¿absurdo? en Cuba, aquel de personajes que nunca pisaron la isla. Esta vez Bretón es asaltado en La Habana y... la solidez de la obra habla por sí misma.

El trabajo del ya reconocido Antonio Eligio Fernández (Tonel) nos detiene ante un espacio amplio, un plano blanco que mide fuerzas piramidales con los grandes poderes establecidos, pesados y espesos, calculándolos sin abandonar el pulso ya reconocible de su maestría.

La gran carcajada de Carlos Garaicoa, ésa que acompaña el divino universo de su obra, nos lleva en círculo a una lección de espacios interiores muy reconocible en la trayectoria de esta estrella del arte cubano.

Un viaje por el agudo trabajo de Raúl Cordero y el nuevo propósito de James Bonachea (vídeo y dibujo) presentados por MYTO. Sorprendente el gesto, para mí revelador de Ariel Orozco. Nacido en Sancti Spíritus, su obra traslada un sentimiento impactante que me ha tocado con su efecto de eternidad cinematográfica: 'El cuadro con el sillón'.

Tonel me comentó las mil formas de ser invitados a esta feria, ya sea por tu galería o por el proyecto de coleccionista que abra las puertas dentro de alguno de los programas de ayuda a artistas que existen en todo el mundo.

En el caso específico de Cuba, pude ver cómo la galería Servando Cabrera Moreno pagó un espacio para invitar al artista Alejandro Campins.

No quiero cerrar este viaje sin contar que todo este trabajo con el arte cubano fuera y dentro de la isla se le debe además a la crítica de grandes pensadores y hacedores como Osvaldo Sánchez y Gerardo Mosquera -por citar dos grandes ejemplos. Sin ellos será imposible nombrar las cosas en su recapitulación. Las obras, los delirios que destilan estos hechos artísticos en movimiento estarán siempre en sus textos.

Ahora, síganlos y miren cómo se mueven en variados contextos.

Hay espacio para todos y es el arte visual cubano un movimiento imparable que ya nadie ni nada podrá detener.

Fuente: El Mundo.es