Un disco vivencial pone a la banda habanera a tono con sus seguidores, tras casi una década de ausencia de los mercados discográficos. Yelanys Hernández Fusté.juventudrebelde.cu. Como un anuario de vivencias diarias y con un nombre muy a tono con las nuevas tecnologías, Extraño Corazón revela su música actual en un nuevo álbum. Tras casi nueve años alejados de las lides discográficas, llegan con Bitácora (Bis Music, 2011), una suerte de diario de navegación de la banda.

">Un disco vivencial pone a la banda habanera a tono con sus seguidores, tras casi una década de ausencia de los mercados discográficos. Yelanys Hernández Fusté.juventudrebelde.cu. Como un anuario de vivencias diarias y con un nombre muy a tono con las nuevas tecnologías, Extraño Corazón revela su música actual en un nuevo álbum. Tras casi nueve años alejados de las lides discográficas, llegan con Bitácora (Bis Music, 2011), una suerte de diario de navegación de la banda.

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Un disco vivencial pone a la banda habanera a tono con sus seguidores, tras casi una década de ausencia de los mercados discográficos. Yelanys Hernández Fusté.juventudrebelde.cu. Como un anuario de vivencias diarias y con un nombre muy a tono con las nuevas tecnologías, Extraño Corazón revela su música actual en un nuevo álbum. Tras casi nueve años alejados de las lides discográficas, llegan con Bitácora (Bis Music, 2011), una suerte de diario de navegación de la banda.

El disco encuentra sus historias en esas escenas cotidianas de la Isla. Son textos que no están de «espaldas a nuestra realidad», como refiere el guitarrista Javier Rodríguez, líder del grupo y compositor de la mayoría de los títulos del volumen, quien solo comparte ese apartado con Iván Leyva, autor de Dónde está la salida.

Rodríguez explica que las canciones se escribieron entre Madrid, Barcelona y La Habana, y solo se adicionaron dos temas más, concebidos durante el proceso de grabación.

En total Extraño Corazón regala 11 sencillos, que pueden escucharse una y otra vez. En ellos hay una defensa permanente y «desde la trinchera del rock and roll, a la poesía, la canción inteligente, a la comprometida», asegura Javier.

Cerrando los bares deviene uno de esos cortes que se recuerdan por siempre. Pegado hacia la balada country, lleva en su letra la añoranza por un viejo amor, un puente que avizora que la historia de los individuos descritos allí todavía no ha terminado.

Muy por el contrario resulta Bitácora de un regreso, que indica el doloroso resultado de un retorno pasional, a la vez que Wendy y Un poco de amor —tema acústico y que cierra el CD—, vuelven sobre el camino de la balada para explicarnos que ninguna ruta que se emprenda en nuestras existencias, ha de tomarse sin antes incluir al más sublime de los sentimientos.

Pero Extraño Corazón expone en su nueva entrega fonográfica todas las acepciones del verbo «amar». En Malas costumbres se refieren a aquellos que ponen precio a sus emociones; mientras en He visto hablan de despejar el rencor de las miradas humanas y llaman a crear un ambiente de buenas relaciones personales.

Muchos dirán que Bitácora es un álbum optimista. La banda solo apunta que se trata de un fonograma que «tiene una energía positiva de principio a fin» y que marca el sonido contemporáneo del grupo.

Es, sobre todo, el presente de un recorrido discográfico que inició en Solitario (EGREM, 1998), y continuó con No preguntes (Sello Unicornio, de los Estudios Abdala, 2002), a los que se sumaron la participación del grupo en las compilaciones: Rock del patio y Saliendo a flote (ambas facturadas en la Isla), así como Cuba underground, editada en México.

Sin temor a lo que encierra la palabra «comercial», los gestores de Bitácora señalan que este es un CD que posee «muchas posibilidades de llegar a un público que no escucha rock mayoritariamente».

La razón está en que se ha mantenido lo básico de Extraño Corazón, indica Javier. «El sonido del grupo es lo más actual posible, lo que ahora mismo se está escuchando a nivel mundial, pero con nuestro espíritu».

Un equipo captó el concepto expuesto en las canciones y le dio un rostro gráfico al álbum. Ahí destacan las fotografías de Nacho Vázquez y Luis Delgado, y el diseño de Ricardo Monnar.

En su nómina, la formación musical habanera tiene a los cantantes Issán Ortiz (voz líder) e Iván Leyva (voz segunda), quien además toca las guitarras eléctricas y acústicas; Adem Rodríguez (bajo), Rolando Fernández (batería) y a Javier Rodríguez en la dirección general.

Defensores de su estilo, Extraño Corazón irrumpió en el panorama melódico nacional a inicios de los años 90, junto a otras agrupaciones cultoras de su misma vertiente en el rock. Sus integrantes solo lamentan que en la actualidad quienes comienzan en el género no se interesan en transitar por todas las tendencias.

Javier Rodríguez advierte cierta inclinación a tocar el metal extremo, «que es válido como música y la apoyo al ciento por ciento. Como artista, veo un peligro. Las bandas que surgen van directo allí sin haber explorado siquiera otros caminos. Para mí es perjudicial para la música cubana en general».

De ahí que Javier y Extraño Corazón inviten a zarpar, con buen viento, a su bote y navegar hasta su Bitácora, un sitio cálido y lleno de sensibilidad, donde erigen un monumento al rock, a sus seguidores, a los sentimientos.


Fuente: www.juventudrebelde.cu/cultura/2011-09-07/la-bitacora-de-extrano-corazon/

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