• Publicado por: manso
• • Editoriales
• 03 / 24 / 2011

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2011.03.23 - 18:47:51 / radiorebelde. Livhy Barceló Vázquez. La Habana, Cuba. -Algunos economistas y especialistas catalogan el turismo como la locomotora de la economía cubana. Esta singular expresión hace referencia a todos los sectores que el turismo arrastra hacia el desarrollo, además de demandar una buena cantidad de fuerza de trabajo.

La propuesta turística de Cuba resulta atractiva para los viajeros. La cantidad de personas, que nos visitan cada año, demuestra el ascenso de la industria del óseo que alcanzó, en 2010, su punto máximo, con el arribo de 2 millones 531 mil 745 visitantes.

A pesar de que el número de visitantes crece por año, no se explotan al máximo las capacidades del sector. Los polos turísticos se concentran mayoritariamente en la zona de Varadero y La Habana. Esto demuestra que la distribución no se produce de forma equitativa.

La infraestructura turística de un país comprende todos los recursos que sustentan su desarrollo y competitividad en el mercado. Sus componentes se fusionan para garantizar un servicio de calidad, que responda a los gustos más exigentes de los clientes. Entre ellos se destacan los aeropuertos, el sistema vial, el alojamiento, los insumos y las instalaciones hospitalarias.

Dentro de la industria turística cubana las entidades de servicios gastronómicos aportaron el 41% de los ingresos en 2010, según datos de la ONE, un 27 % el servicio de alojamiento y solamente el 1% la recreación. Estas cifras muestran las lagunas que existen en su infraestructura.

El trasporte ocupa el 16,4 % de los ingresos al sector. El servicio de trasportación aérea aprovecha deficientemente sus capacidades, pues este es el principal medio de trasporte para acceder a la isla caribeña. Otro problema es el deterioro de las carreteras y la señalización, para los autos de renta que circulan con turistas.

Cuba fortalece la modalidad de Todo Incluido y presenta una débil oferta en los servicios extrahoteleros. Tal situación provoca una concentración de divisas en las instalaciones hoteleras, dejando sin opciones otros lugares que pudieran servir como fuentes recaudadoras.

Las inversiones son otro tema medular en el análisis de la infraestructura del sector.  El capital destinado a su mejoramiento, no solo deberá emplearse en la construcción de nuevos hoteles, sino en el mantenimiento de las construcciones existentes, así como en las inversiones de infraestructura técnica, extrahoteleras y de apoyo.

Dice un viejo refrán, lo que no se exhibe no se vende. Por tal razón, invertir en promoción turística es un sello de garantía para cualquier empresa. Cuba tiene que ampliar sus horizontes y explorar otros mercados. El país tiene que darse a conocer y vender una imagen que realce las cualidades  más atractivas de la Isla caribeña.