La música campesina ha contado con figuras que prestigian el género y que han aportado a la cultura nacional no solo su talento, sino también un fuerte acento cubano. Uno de esos rostros y voces que han permanecido bien cerca del pueblo es Celina González, a quien está dedicado el libro Una historia de amor.

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La música campesina ha contado con figuras que prestigian el género y que han aportado a la cultura nacional no solo su talento, sino también un fuerte acento cubano. Uno de esos rostros y voces que han permanecido bien cerca del pueblo es Celina González, a quien está dedicado el libro Una historia de amor.

El texto publicado por Letras Cubanas, editorial que rinde homenaje a la Reina de la canción campesina, próxima a cumplir 83 años, aparece entre las novedades de la Vigésima Feria Internacional del Libro de La Habana, que iniciará el 10 de febrero.

Una historia de amor tiene un curioso antecedente que lo ubica entre los predios del lenguaje audiovisual. Como explicó a Cubasí Redys Puebla, subdirectora del sello editorial, los materiales testimoniales que componen el texto partieron de un documental sobre Celina, realizado por la propia autora del libro, Mireya Reyes Fortul.

“En la medida que Mireya fue recuperando información, llegó un momento en que para el documental sobrepasaba los límites de lo que ella se propuso hacer en principio”, cuenta Redys Puebla, “y decidió publicar este libro para que quedara en letra impresa la trayectoria de Celina por los predios de la música campesina y la música cubana en sentido general”.

El libro recoge entrevistas a la popular cantante y compositora, aclamada tanto dentro como fuera de Cuba, y recordada de forma especial por su interpretación de “Yo soy el punto” y “Que viva Changó”. Incluye también testimonios de personalidades relacionadas con su vida y obra.

Con una impresión esmerada, que contiene una galería de fotos a color, el volumen tendrá una tirada de 5 mil ejemplares y constará de dos ediciones, una en moneda nacional y otra en divisa para el mercado internacional.

Hasta el momento, alusiones al texto en medios de prensa latinoamericanos, sobre todo en Colombia, donde Celina González goza de amplia popularidad, han levantado grandes expectativas, según comentó Redys Puebla.

Oriunda de la provincia de Matanzas, Celina González creció entre tonadas campesinas y la devoción a deidades de la religión afrocubana a través de la influencia directa de sus padres y hermanos. A la temprana edad de 16 años, comenzó a cantar punto cubano junto al guitarrista Reutilio Domínguez, con quien integró el famoso dúo Celina y Reutilio.

Sus fuertes vínculos sonoros, que incluyen la trova tradicional y el son oriental, los que cultivó bajo el impulso de sus firmes creencias espirituales, hicieron germinar en Celina una expresión musical muy rica en valores culturales tradicionales.

El dueto de Celina y Reutilio alcanzó un éxito rotundo en Cuba, marcado por su paso por distintas emisoras de radio, la televisión, el cine y cabarets de renombre como Tropicana. Con múltiples grabaciones, desde los años 50 del pasado siglo su arte se conoce en todo el Caribe y en muchos países sudamericanos, especialmente en Colombia, donde fueron vendidas 110 mil copias de su disco en solitario De mi rica cosecha, producido en 1994.

Incluso durante su carrera como solista, en la que abarcó también la guaracha, Celina González acaparó una fama creciente extendida por Europa y el llamado continente negro. La UNESCO le confirió la medalla “Picasso”, y en África Occidental mereció, en 1991, un Disco de Oro por la venta de sus grabaciones. En Cuba, el Premio Nacional de la Música le fue conferido en el 2003.

Fuente: cubasi.cu

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