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La provincia de Guantánamo afronta una intensa sequía meteorológica, afirmó Rolando Baza, especialista del Centro Provincial de Meteorología, quien tuvo en cuenta reportes de lluvia y el actual llenado de las presas.

Durante el Taller Provincial sobre Desastres Baza afirmó que una de las consecuencias del cambio climático en la región cubana más oriental es la reducción del ciclo entre una sequía y otra.

La sequía es una situación anómala del clima con la cual la disponibilidad de agua es insuficiente para satisfacer las distintas necesidades de la población, plantas y animales.

Antes de 1960, ese fenómeno natural e insidioso se manifestaba en Guantánamo cada cinco o siete años, de esa etapa hasta 1990 el ciclo descendió de tres a cinco años, y a partir de esa década casi todos los años se ha reportado escasez de agua, ejemplificó el experto.

En opinión de Baza, el prolongado déficit de precipitaciones (apenas el 30 por ciento del acumulado histórico hasta la fecha) es signo de una sequía meteorológica, "la peor de todas, ya que ella origina la agrícola e hidrológica".

Estas dos últimas se manifiestan por la ausencia de humedad en el suelo para satisfacer las necesidades mínimas de las plantas, y por ausencia del agua superficial y subterránea, respectivamente.

La sequía agrícola sucede después de la sequía meteorológica y antes de la sequía hidrológica, y suele ser el primer factor que afecta la agricultura, opinan los expertos.

En Guantánamo el volumen de los embalses ha descendido hasta menos del 70 por ciento de su capacidad total en los últimos meses, pero la posibilidad de trasvasar agua desde la presa Jaibo hasta Clotilde, y de esta a la planta potabilizadora, es
garantía del suministro de agua a la capital provincial, al menos durante seis meses.

Carlos Elías, delegado provincial de Recursos Hidráulicos, indicó a esta agencia que aunque las lluvias se comportan apenas al 30 por ciento del promedio histórico para lo que va de año, esta situación puede mejorar con el arribo del período húmedo (mayo-octubre).

Según el directivo, entre las inversiones que se ejecutan para contrarrestar la depresión de las fuentes de abasto, figuran la estrategia de ahorro del mineral, mediante la eliminación de salideros, y la ejecución de millonarias inversiones.

Entre estas figuran la construcción del acueducto de Baracoa, cuya primera etapa ya culminó, y el trasvase de las aguas del río Sabanalamar hasta la presa Pozo Azul, la cual garantizará el abasto sostenible de agua por gravedad al valle de Caujerí.

Fuente: Venceremos

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