En la Ciudad Heroína todos dicen que Santiago sí, pero en Villa Clara piensan lo contrario. Así, el campeón nacional está obligado a reaccionar en el estadio Guillermón Moncada, o renunciaría a la corona.

Santiago ha sido un misterio a lo largo del campeonato. En el primer tercio de la serie acumuló 16 éxitos y 13 derrotas (arrastraba un juego suspendido), superado por Villa Clara (21-6 y tres choques aplazados), Ciego de Ávila (19-11), Holguín (19-11) y Camagüey (18-12).

Luego, levantó boga y llegó mejor al receso por el Clásico Mundial. Entonces tenía balance de 35-21 (seguía con un partido pendiente) y amenazaba con alcanzar a Villa Clara (41-16) y a Ciego (39-18).

En el último tramo, la tropa de Antonio Pacheco redondeó un total de 57 ganados y 33 fracasos, y finalmente desplazó a Villa Clara (53-37), que terminó desangrada por ausencias y lesiones. Solo Ciego de Ávila (64-26) mantuvo el paso hasta el final de la etapa clasificatoria.

De tal manera, era lógico suponer que los indómitos llevarían la mejor parte en cuartos de final. Sin embargo, no han bateado mucho en la serie de muerte súbita y por eso están contra la pared.

Villa Clara lleva la ventaja numérica y psicológica, pues ha ganado cuatro de los cinco choques disputados este año en el Guillermón Moncada, incluyendo los dos primeros del play off.

Danny Betancourt ha sido designado para frenar el empuje de los naranjas, en tanto Yaumier Sánchez lanzaría supuestamente al día siguiente. Son dos cartas pesadas, aunque sus rivales saben cómo «botar las gordas y virarse bajito».

Fuente: Juventud Rebelde