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• 07 / 05 / 2008

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Cuba evita así en gran medida el riesgo de perder millones en moneda convertible cuando adquiere medios técnicos en otros países, y sus compradores desconocen si tal compra, que puede ser vital para la nación, podrá funcionar plenamente en condiciones tropicales, que son las que corresponden a las condiciones de Cuba, en la latitud de 21 a 23 grados norte.

En interés de resolver este complejo y natural problema, se dispone de LABET, que es la única instalación en su tipo que realiza estas pesquisas en el área de Latinoamérica y Caribe, contribuyendo a perfeccionar las contrataciones y desarrollar la confianza mutua, e indudablemente constituye un medio de resguardo para el país.

Resulta interesante la operación de sus cámaras climáticas especiales que simulan ese ambiente extremo (calor seco, calor húmedo constante o alta humedad), acorde con las normas internacionales; la aplicación de “spray salino”, semejante a niveles de salinidad de determinadas zonas de Cuba, y a la niebla, contaminación por gases industriales, radiación ultravioleta, etc., y la seguridad eléctrica, por ejemplo en los teléfonos, de los que se han estudiado más de 50 tipos, certificándose su calidad para nuestro ambiente. Si se refiere a un reglón exportable, este aval técnicamente verificado facilitará su ubicación en el competitivo mercado internacional, y prestigiará al producto cubano.

Existen en Cuba resoluciones ministeriales de obligatorio cumplimiento, que señalan la realización de estas comprobaciones, ensayos y certificaciones para la totalidad de los medios que se fabriquen, importen o se destinen a la exportación, pero también es cierto  que hay entidades que no han actuado siguiendo estas útiles reglas, y consiguientemente han originado pérdidas. Se conoce la importación de algún equipo electrodoméstico sin probarse previamente en LABET y del que se verificó, posteriormente, que no servía para nuestras condiciones. Ha sucedido igual con pinturas, recubrimientos metálicos, herrajes, componentes electrónicos y otras mercancías, con sus inconvenientes.

Las partes en una contratación de suministro, los proveedores en Cuba, cuando obran de buena fe y bajo principios éticos, están mutuamente interesados en el sometimiento del producto a la técnicas y experiencias cubanas para precisar su calidad, principalmente para no trasgredir lo pactado y, eventualmente, superar cualquier problema que se detecte. Algo parecido ocurre con los productores cubanos, con sus componentes adquiridos en el exterior y su calidad medioambiental, que asegura en Cuba y a donde vaya dirigido, el prestigio de sus fabricantes. Puede decirse, que una verificación a tiempo en LABET, es ganancia neta para todos.

(Radio Rebelde)