Presidente del parlamento cubano Ricardo Alarcón, fue recibido hoy por el presidente Lula
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- 07 / 03 / 2008
Las relaciones entre Cuba y Brasil se encuentran en un momento óptimo y ambas partes se esfuerzan por hacerlas todavía mejores, dijo Alarcón al salir del encuentro en diálogo con la prensa acreditada en el Palacio de Planalto.
Informó que con los anfitriones habló de varios temas, entre ellos la Cuarta Flota (de Estados Unidos), la recién concluida Cumbre del MERCOSUR en Argentina y la última disposición de la Unión Europea contra los inmigrantes.
Noté a Lula muy satisfecho por la reunión del MERCOSUR, por el ambiente de unidad y cohesión que encontró en esa conferencia y muy optimista por las perspectivas de la integración latinoamericana, comentó Alarcón.
Ambas partes, una vez más, nos congratulamos mutuamente de la concertación entre nuestros países, de lo mucho que hemos avanzado y de cómo seguimos trabajando, enfatizó.
Al referirse a la Cuarta Flota dijo que los cubanos conocen bastante de flotas norteamericanas moviéndose cerca de su país y le recordó a la prensa que esta región es como una extensión del Comando Sur de Estados Unidos.
Esa fuerza durante muchos años se concentraba precisamente sobre Centroamérica y el Caribe y ahora quieren proyectarla mucho más allá, hasta todos los confines de Suramérica, indicó.
Lo primero que uno tiene que preguntarse es para qué y por qué hacen falta despliegues militares en regiones donde no hay armas nucleares, ni hay conflictos bélicos, ni hay enfrentamientos entre Estados afortunadamente, alertó.
Nuestra posición es que hay que rechazar categóricamente la medida que implica pretensiones hegemónicas de utilización de la fuerza militar o de amenaza de su empleo contra cualquier país de América Latina, indicó Alarcón.
Sobre el tema de inmigración evocó que todos los países de América Latina son resultado de fusión de razas y de culturas.
Señaló que ahora Europa quiere tratar a los descendientes de los españoles, franceses, italianos, ingleses y portugueses como si fueran gente con menos valor.
Consideró que este es un problema sin salida para los xenófobos porque ellos necesitan desesperadamente de los inmigrantes, los buscan, sólo que quisieran inmigrantes preparados, egresados de centros universitarios.
Dijo que Europa no quiere a los pobres, a los trabajadores, a los que necesitan abrirse camino como fueron los inmigrantes europeos que vinieron a la América Latina.
Afirmó que esa práctica carece de principios y de perspectivas, porque Europa, igual que norteamérica, va a seguir necesitando de la pobre gente del sur.
También recordó que mientras exista un mundo desigual e injusto, la inmigración no va a desaparecer, no hay flota que la pare.
(PL)
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